La Conferencia Regional de Educación Superior (Cres) congregó en Córdoba a más de 10 mil personas de más de 30 países. El jueves leerán el documento final que definiría la integración en materia educativa.
La apertura de la Tercera Conferencia Regional de Educación Superior (Cres) que se está desarrollando en Córdoba tuvo ayer momentos muy intensos: pasando de fervientes alocuciones en defensa de la educación universitaria de matriz pública hasta el abucheo que recibió el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro. Todo en menos de un minuto.
Salvando ese episodio, el acto de inauguración de la Cres se realizó sin mayores sobresaltos. Las principales espadas académicas del evento, encabezados por el sociólogo Boaventura de Souza Santos, defendieron fervientemente la educación superior como derecho humano.
En su primer día, la cumbre académica más importante de América latina dejó una definición clara sobre la educación superior, a la que consideró “un derecho humano básico, un bien social y que debe estar garantizada por los estados”. En esas tres apreciaciones coincidieron los principales expositores de ayer.
Boaventura de Souza Santos tuvo a su cargo la charla inaugural del cónclave académico que reunió a más de 10.500 profesores, científicos, estudiantes y funcionarios universitarios de más de 30 países. El sociólogo portugués y doctor honoris causa de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) cuestionó la concepción “neoliberal” de la educación como un bien transable y apuntó contra la quita de presupuesto en educación, haciendo foco en las experiencias de Brasil y Francia.
Por su parte, la subdirectora general de Educación de la Unesco, Stefania Giannini, enfatizó el rol de la educación superior en aporte a los objetivos de desarrollo sostenible fijados por Naciones Unidas para el año 2030. “La educación es un derecho humano fundamental para el desarrollo humano sostenible”, dijo.
ConclusionesA su turno, el actual rector de la UNC, Hugo Juri, repasó los conceptos volcados en las dos cumbres anteriores (La Habana en 1996 y Cartagena de Indas en 2008). Reconoció esos ejes, pero puso especial atención en la necesidad de implementarlos.
“Debemos tener acciones concretas, adecuarlas a las necesidades y trabajar en un reconocimiento mutuo de créditos, de movilidad, y extender la universidad”, aseguró el rector, quizás anticipando algunas de las conclusiones de la Conferencia.
Las expectativas están depositadas en el documento final que se leerá el jueves. El antecedente del texto de Cartagena de Indias puso una vara muy alta, según coincidieron varios especialistas.
“Las naciones que no invierten en educación, ciencia y tecnología condenan a la mayoría a la exclusión”, dijo a su turno el ex rector de la UNC Francisco Tamarit, quien coordinó el desembarco de la Conferencia en Córdoba.
Por su parte, el discurso de Pedro Henríquez Guajardo, director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior, abrevó en la diversidad. Leyendo partes en diferentes idiomas, el funcionario fue uno de los más irreverentes en su saludo con las autoridades. “Somos diversos, pero asimétricos”, enfatizó sobre el sistema universitario.
Por último, a pesar de que el discurso de Finocchiaro fue difícil de escuchar, el ministro nacional aseguró que están trabajando en el reconocimiento de titulaciones universitarias a nivel regional.
El intendente Ramón Mestre también fue parte de la cumbre universitaria y ofició de anfitrión del evento.